¿CÓMO ELEGIR BIEN A TU PAREJA?

En algún momento todos nos preguntamos si alguna persona que nos gusta es la indicada para formar un hogar, y al estar enamorados nuestras propias respuestas provienen normalmente desde todo lo positivo que concebimos de la persona y desde la fuerte atracción que sentimos. Ahora bien, aunque es importante estar enamorado y sentir todo ello, también hay que agregarle a esa decisión una ración de sabiduría, tiempo y consejo.

No obstante, se debe aclarar lo siguiente:

• El éxito de una buena relación no solo depende de los criterios de elección de la persona, sino también de las decisiones, compromisos, actitudes y modo de vida de ambos en la realidad del hogar, de las vivencias que ambos tuvieron en sus familias, entre otras. De hecho, creer que la elección de la pareja es lo más importante para el éxito de un hogar puede ser contraproducente cuando las cosas se ponen difíciles, ya que en esos momentos, alguno de los dos puede argumentar que eligió mal por el simple hecho de sentir frustración ante el acontecimiento negativo que vive con su pareja.

C.S Lewis escribió: “La gente saca de los libros la idea de que si uno se casa con la persona apropiada, puede seguir “enamorado” para siempre. Y cuando resulta que no es así, piensan que eso prueba que han cometido una equivocación y que tienen el derecho a un cambio; pero no caen en cuenta que cuando cambien, el atractivo del nuevo “amor” va a correr la misma suerte que corrió el primero.”

Aclarado lo anterior, queremos exponerles CINCO preguntas orientadoras que te pueden ayudar a complementar los criterios para elegir la persona adecuada, aunque deberían ser muchas más:

1. ¿Cuál es mi motivación para encontrar pareja?

Deberías cuestionar tus razones para querer compartir tu vida con alguien y reorientarlas si es el caso.

Por ejemplo, ¿estás buscando una buena pareja o una persona que cumpla tus deseos? Son dos cosas diferentes. Una persona que cumpla nuestros deseos, anhelos y expectativas, es alguien que tu imaginación ha creado con una lista de virtudes que crees necesitar para ser feliz. Pero que desafortunadamente, no existe. Súmale a esto el hecho de que la otra persona puede estar pensando lo mismo, que tú existes para cumplir sus deseos, anhelos y expectativas. Tendrás al final la combinación perfecta para un desastre.

“…cualquiera que bebiere de esa agua, volverá a tener sed…” le decía Jesús a una mujer que había tenido cinco maridos, con el fin de explicarle que ella estaba buscando que sus sueños y anhelos fueran saciados por un hombre, y que ninguno pudo ni ninguno podría suplirla a largo tiempo. Solo el plan de Jesucristo con ella podía llenar los vacíos de su alma: “…más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás.”

2. ¿Qué aporta esa persona a mi vida?

Racionalmente hay que pensar si la persona puede aportar a tu crecimiento personal. La vida estática y sin visión es aburrida y sin sentido. Tener a alguien que nos rete a mejorar en lo social, profesional, espiritual, en lo físico y lo familiar siempre será un buen complemento.

3. ¿Podría vivir con los aspectos negativos de esa persona?

Definitivamente, es importantísimo darse el tiempo para conocer la persona que nos atrae, entender que SIEMPRE detrás de un lindo cuerpo, rostro, carisma y personalidad, hay una persona con defectos, frustraciones, errores, malos hábitos, etc. Si aún no conoces esa parte de la persona, una sugerencia sería que analices su trato con la familia, amigos, compañeros, etc. ¿Qué dicen las personas cercanas sobre él o ella?

Es posible que la persona en el camino de la vida vaya cambiando sus defectos, pero si no lo hiciera ¿podrías vivir con esos aspectos negativos que tiene esa persona para siempre?

4. ¿Sus valores y creencias son similares a los míos?

Nuestros valores y creencias definen en gran parte nuestro carácter, estilo de vida y la forma de relacionarnos con otros.  Por lo tanto, tener creencias y valores que discrepan entre sí, generarán conflictos en decisiones esenciales de la vida, tales como, casarse o no casarse, tener hijos o no tenerlos, la forma de crianza de los hijos, las maneras de divertirse, la manera en que se afrontan los problemas, los límites en el aspecto sexual, la planeación financiera, etc.

5. ¿Sus metas y las mías apuntan hacia la misma dirección?

Todos tenemos metas y sueños de manera individual, pero al conformar un hogar debemos alinearlos, y en esa tarea se debe ceder, y esto es difícil, y el grado de dificultad tendrá que ver con la brecha entre las metas de cada uno. Es decir, si los dos iban para direcciones opuestas, ceder va a ser más difícil, al punto de provocar frustración en alguno de los dos, o en ambos.

Imagínate una pareja donde uno de los sueños del hombre sea vivir en EUA, pero el de ella sea vivir en Colombia. A alguno de los dos le tocará ceder en algún momento. ¿Estarías dispuest@?

Finalmente, nadie planea tener una mala vida en pareja. Pero no planear, pensar y hablar de temas profundos antes de dar el sí, te estará poniendo en el camino del fracaso en tu relación.